75 Años de Silencio
– Junta de Gobierno de la Hermandad del Silencio –
      Corría el año 1924 y en tal día como hoy, 6 de mayo, un grupo de granadinos recibía una gran alegría: habían sido aprobadas las reglas que regirían la recientemente creada Cofradía del Santísimo Cristo de la Misericordia. A partir de ese momento podrían ver satisfecha su ilusión de dar culto público a esa venerada imagen que tanto querían y no sólo lo harían en su capilla de la parroquia de San José, sino que, entre otras cosas, iban a comenzar a mostrar esa grandiosa representación del amor de Dios a todo el pueblo de Granada. Y además habían previsto hacerlo en unas condiciones muy similares para las que fue esculpido; ya entonces se decía que José de Mora lo talló para orar ante El en el silencio y en la oscuridad de una capilla y, efectivamente, así fue: se le dio culto inicialmente en la capilla del convento de San Gregorio y con posterioridad en  la de San José. Pues bien, a partir de este día, también se podría hacer en las calles apagadas y calladas de nuestra ciudad.
       Desde entonces hasta nuestros días han sucedido muy diversos avatares, incidencias, anécdotas, etc.; ha habido grandes cambios en nuestra sociedad, en nuestra Granada, incluso en nuestra Hermandad. Pero una cosa es fundamental para nosotros y esa no ha cambiado: la veneración a esa imagen, que nos traduce el Amor, la Entrega y la Misericordia de Dios. Durante todos estos años, nuestros antepasados han mantenido vivo el espíritu de esta Cofradía, espíritu de misericordia y también de silencio. Silencio en nuestra forma de vivir la fe, callados pero sin renunciar a ella; sin ostentaciones, pero con claridad de ideas; sin apariencias, pero sí con un trabajo callado y abnegado; sin muchas proliferaciones públicas, pero con un gran amor y caridad que nos rodean. Y este silencio vivido como Hermandad queremos que se transmita a la vida cotidiana de manera que aquel que nos vea diga: «Mira, un cofrade en silencio», y que esto se entienda como uno que quiera seguir a Cristo. Nosotros, hoy, queremos rendir un pequeño homenaje a todos los que nos precedieron, y nuestro homenaje, tal y como ellos hubieran deseado, lo hacemos con una oración ante el Cristo de la Misericordia y con un discreto aunque público «muchas gracias, hermano». Así que no vamos a caer en la ruptura de ese anonimato que tan celosamente supieron guardar, y lo hicieron sin dejar de hacer de sus vidas auténticos testimonios de misericordia, pero sí que nos acordamos muy cariñosamente de ellos en esta fecha tan señalada.Como todos ya sabemos, esta Hermandad a lo largo de su existencia ha tenido muchas vicisitudes y aunque no es este el momento de pormenorizarlas, se que queremos matizar una, quizá poco comprendida en la actualidad y por ello algo polémica para quién la vive desde fuera. Nos referimos a la serie de circunstancias que obligaron a realizar una réplica de nuestro queridísimo titular; este problema surgió en unos momentos sumamente críticos, quizá los más duros en la historia de este grupo de hermanos. Pero ese Divino Crucificado no quiso dejar de pasear por Granada y abrió los ojos de esos poquitos devotos que lo seguían.
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      De esta forma buscaron y encontraron la mejor, tal vez la única, solución en ese momento histórico: Antonio Barbero talló una extraordinaria imagen de Cristo, réplica de la anterior de José de Mora, y no sólo se consiguió salvar el aspecto artístico, sino que gracias a ella comenzó el renacer de nuestra Hermandad en todos sus aspectos que actualmente conocemos. Y esta nueva imagen ha idoenganchando nuevos devotos y hermanos, pese a que nosotros nunca hemos dejado de dar culto a la primitiva imagen del Cristo de la Misericordia. Este es otro de los éxitos no sabemos si de nuestra Hermandad o de su propio titular, el hecho cierto es que se mantiene el culto a dos imágenes que en realidad son una sola, pues ni nuestra devoción ni nuestro cariño está dividido, muy al contrario, está muy claramente centrado en el amor a un solo Cristo hecho Hombre por nosotros y Resucitado para salvarnos. Esta es nuestra fe; a la que llegamos más fácilmente a través de las imágenes.
      A lo largo de todo este año, nuestra Hermandad ha venido celebrando, con gran emoción e ilusión, su LXXV aniversario. Y lo ha hecho de una forma entendemos que sencilla, discreta, pero profundamente emotiva y siempre buscando el compromiso de mostrar a las gentes que nos rodean nuestro testimonio de seguimiento a Cristo. Para ello no hemos buscado lucimientos, grandilocuencias, ni grandes manifestaciones. Nos hemos limitado a acercar la imagen del Cristo de la Misericordia a Granada y hemos querido hacerlo rodeándolo de todo nuestro cariño y con nuestra compañía en todo momento. De esta forma los granadinos han podido rezar ante esta imagen durante toda una semana que han durado nuestros cultos cuaresmales. También hemos tenido la enorme satisfacción de sentirnos acompañados y dirigidos en nuestra oración por el pastor de nuestra diócesis, quien muy cariñosamente no ha faltado ni un solo día a orientar nuestra conversión cuaresmal. Y no podían tener mejor colofón nuestros cultos que el poder participar, presidiendo el Santísimo Cristo de la Misericordia, en la misa de clausura del II Congreso de Educadores Cristianos, celebrada en la SI Catedral de Granada y contando con la presencia de todos los prelados andaluces y de gran cantidad de fieles participantes en dicho Congreso.
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Grupo de Hermanos ante la imagen del Cristo de la Misericordia el día en que éste fue trasladado a la S.I. Catedral

      Pero como nuestro mayores nos enseñaron a no ser efímeros ni banales, y queremos sobre todo que nuestra sociedad conozca de nosotros y que a través nuestra conozca a Jesucristo, hemos conseguido editar un libro, Misericordia y Silencio, acerca de nuestra Hermandad, su historia, su espíritu, su realidad, su pasado y su presente. Libro que es el único hecho que perdurará en el tiempo como recuerdo del LXXV aniversario y que tiene el enorme valor, al menos para nosotros así es, de contar con la participación de un gran número de colaboradores, todos ellos de gran talla literaria y artística, pero sobre todo espiritual y humana, y ninguno de ellos es cofrade de nuestra Hermandad, lo que a nuestro entender le confiere una mayor objetividad a sus opiniones. Pero decíamos al principio que estamos en la fecha en que se cumple nuestro LXXV aniversario y, por supuesto, no puede pasarnos desapercibido. Es por ello que en la tarde de hoy celebraremos una solemne función eucarística en la iglesia de San José, para compartir con nuestros hermanos la oración hacia Jesús en el sacramento de la Eucaristía y haciéndolo ante nuestro muy querido titular. En este acto, presidido por nuestro arzobispo y acompañado por los consiliarios que sobreviven, queremos, a parte de otras muchas cosas, pedir a Dios la fuerza e ilusión necesarias para seguir manteniendo viva nuestra Hermandad tal y como nos ha sido legada y mejor aún que nos ayude a ir poco a poco mejorándola. Este queremos que sea nuestro compromiso público desde estas páginas: conseguir que nuestros sucesores celebren otros 75 años más con, al menos, los mismos sentimientos de misericordia y silencio con que ahora lo estamos haciendo nosotros.
 

Fuente: artículo publicado en el Diario IDEAL el jueves 6 de mayo de 1999, con motivo de cumplirse el 75 aniversario de la fundación de la  Cofradía del Santísimo Cristo de la Misericordia (del Silencio).