Consumada ya la Pascua de la Resurrección de Nuestro Señor y en plenas Vísperas de su Gloriosa Ascensión a los Cielos, ha marchado hacia esa Fuente inagotable de Misericordia nuestro queridísimo Director Espiritual, el Padre Francisco Javier Alaminos Pérez, a los 89 años de edad.

Tras más de medio siglo de vida entregada por entero al servicio de la Iglesia a través del ministerio del sacerdocio, dentro del mismo pasó cuarenta años de dedicación en las Misiones de Guatemala, habiendo sido los Hermanos del Silencio unos de entre tantos privilegiados que se han beneficiado de su incansable labor pastoral y espiritual en la última década y media. Despedimos a un hombre bueno, a un auténtico hombre de Dios que quiso permanecer, hasta el final y en momentos extremadamente delicados, siempre presente en su Parroquia de San José. Constante en la oración y en la atención al prójimo, siempre desde la sencillez y con su breviario en la mano, sus homilías y charlas en todo momento se presentaban como enriquecedores estudios de las Sagradas Escrituras repletos de implicaciones en la vida personal de cada cual. Jamás pasó ni un sólo día en que el Padre Javier no nos llamase a permanecer unidos y en paz como hermanos que somos bajo la paternidad de un mismo Dios. Mucho debemos a quien tanto nos ha enseñado con su dedicación, con su paciencia, con su cercanía y con sus gestos de cariño. Por ello no podemos más que dar gracias al Dios de la Misericordia por haberlo puesto en nuestras vidas, ese mismo Dios de Misericordia de cuya eterna presencia no cabe la menor duda de que ya goza y a quien elevamos por él nuestra plegaria en acción de gracias.

¡Padre, bendíganos desde el Cielo! ¡Hasta siempre don Javier!